miércoles, 29 de agosto de 2012

LA PARTICIPACIÓN EN RELACIÓN DIRECTA CON LA CELEBRACIÓN


Existe una relación directa entre la participación y la celebración, no solo en la  celebración sacramental, sino también en la no sacramental, como la liturgia de las horas. En las celebraciones están implicados el ministro o los ministros (que celebran o concelebran), los sujetos (bautizados, confirmados, penitentes), y todos los participantes, en formas diversas. Todos de algún modo intervienen por medio de oraciones, respuestas, cantos, gestos, ritos, etc.

lunes, 27 de agosto de 2012

PARTICIPACIÓN: CONOCIMIENTO, ACCIÓN Y EMOTIVIDAD


Todo el contenido de la Sacrosanctum Concilium está dirigido a hacer explicito el concepto de participación activa en la liturgia. La constitución conciliar usa en 16 números el término participación, acompañándola con diversos adjetivos que especifican su significado (11, 14, 17, 19, 21, 27, 30, 31, 41, 48, 50, 55, 79, 114, 121, 124). Los adjetivos que se utiliza más frecuente, con participación, son “activa” (5 veces), Consciente (4 veces), fructuosa, plena, comunitaria, pía, fácil. Todos estos adjetivos involucran las tres dimensiones de la persona humana: acción (voluntad), conocimiento (inteligencia) y emotividad (pía, fructuosa, plena).


sábado, 25 de agosto de 2012

SIGNIFICADO DE PARTICIPACIÓN EN LA SACROSANCTUM CONCILIUM


La Sacrosanctum Concilium en continuidad con la Mediator Dei profundiza y clarifica el concepto de participación. La Iglesia desea ardientemente que la participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas llegue a todos los fieles, ya que está es una exigencia de la naturaleza misma de la liturgia. La liturgia es la fuente primaria y necesaria de donde los fieles beben el espíritu verdaderamente cristiano. La participación activa es un derecho y obligación de todo el pueblo cristiano, en virtud del bautismo, linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido[1].

jueves, 23 de agosto de 2012

PARTICIPACIÓN ACTIVA - Contenidos de la Sacrosanctum Concilium


La Constitución Sacrosanctum Concilium fue el primer documento aprobado por los padres conciliares. Es fruto de un concilio que advierte la necesidad de la Iglesia de fortalecer su fe, que siente la urgente necesidad de dar una mayor eficacia a su sana vitalidad y de promover la santificación de sus miembros, la difusión de la verdad revelada y la consolidación de sus estructuras[1]. Dentro del amplio horizonte de renovación del Pueblo de Dios tiene especial importancia la vida litúrgica. La Constitución buscará fomentar la vida litúrgica, en una línea de continuidad con la Tradición viva de la Iglesia, a fin de que todos sus hijos puedan participar de ella con mayor provecho espiritual.

martes, 21 de agosto de 2012

EL ORIGEN HISTÓRICO DE LA EXPRESIÓN “actuosa participatio”


El adjetivo “activa” es usado por primer para vez por el Magisterio en el motu proprio Tra le sollecitudini (1903), de Pio X. Para el Papa la liturgia es el lugar privilegiado donde florece y se mantiene el espíritu cristiano. La participación activa a los sagrados misterios y a la oración solemne de la Iglesia es la fuente donde los files beben y se alimentan de este espíritu cristiano[1].Pio X no se limitó a la enunciación del principio, sino que lo llevó a la práctica promoviendo la comunión frecuente, la participación de los niños a la eucaristía y permitió al acceso al rezo de la liturgia de las horas a los laicos, reduciendo el número de los salmos.

domingo, 19 de agosto de 2012

EL CONCEPTO PARTICIPACIÓN


El concepto “participación” es introducido en el vocabulario litúrgico en el siglo pasado, promovido por el Magisterio y por el movimiento litúrgico. Participación deriva del latín (participatio = partem capere: tomar parte), se usa como sinónimo de adhesión y de intervención. Su uso en la liturgia deriva de diversos usos profanos. Es usado en el vocabulario político, económico, social y en el lenguaje cotidiano, indicando no sólo la participación en algo, sino también la invitación a participar. En este último caso la participación significa una adhesión solidaria. Participación significa, en general, el hecho de tener relación con, tener en común con, estar en comunión; que equivaldría a relación, comunicación,  semejanza, conjunción, etc[1].



viernes, 17 de agosto de 2012

IPAD EN LA LITURGIA

A raíz de la advertencia que realizaron los obispos de Nueva Zelanda al clero que determinaron para sus diócesis que el Misal no puede ser reemplazado por tabletas, Ipad, teléfonos u otros dispositivos, varios obispos y sacerdotes expertos en liturgia y comunicaciones profundizaron en las razones que impulsaron la decisión y los criterios que la Iglesia considera a la hora de evaluar el uso de los elementos tecnológicos en la liturgia. 

"Todos los credos tienen libros sagrados que son reservados para aquellos rituales y actividades que están en el corazón de la fe", habían señalado los prelados de Nueva Zelanda, quienes advirtieron que esta realidad es palpable también dentro de la Iglesia Católica: "el Misal Romano es uno de nuestros libros sagrados. Su forma física es un indicador de su papel especial en el culto".


LA PARTICIPACIÓN ACTIVA

Introducción

            La renovación litúrgica concretada por el Concilio Vaticano II es el resultado de un largo proceso de reflexión del Magisterio y de la teología por medio del movimiento litúrgico. El estudio atento de los diversos períodos histórico-litúrgico-pastorales demuestra que en el cristianismo siempre ha existido la preocupación y el esfuerzo por lograr que las diversas generaciones de fieles logren una mayor y más íntima participación de la acción litúrgica. Son diversas y variadas las formas como la Iglesia busco adaptarse a las diversas condiciones de los creyentes y a las múltiples estructuras eclesiales, buscando que se logre este doble movimiento propio de la celebración: llevar la liturgia a los fieles y los fieles a la liturgia; y tratando de conseguir una comprensión lo más profunda posible de los textos y de los ritos, para que la participación en la celebración sea espiritualmente fructífera, plena y completa.