lunes, 12 de marzo de 2012

ARTE SACRO – PANORÁMICA HISTÓRICA

Desde siempre el arte ha acompañado e igualmente expresado el más profundo sentimiento religioso del hombre, tornándose elemento determinante en el proceso de ritualización del culto dentro de los distintos pueblos. Arte y rito están, de esta manera, ligados entre sí; lo atestigua el mismo arte prehistórico que ha llegado hasta nosotros en grafitos y obras estéticas de toda índole y en todos los continentes.
El signo gráfico, modelado o arquitectónico, ha servido al hombre para expresar lo inexpresable, ya por ser todavía solamente fruto del deseo, ya por pertenecer al pasado y estar por tanto sólo presente en el recuerdo, ya por ser realidad trascendente.
El grabado rupestre del animal perseguido por los perros o herido por la flecha mortal, que se adelantan a la acción misma del hombre, es acto religioso, propiciatorio; la máscara o maquillaje que transforman el rostro y el cuerpo del hombre encarnan el espíritu y lo hacen presente; el cipo consagrado con óleo y clavado en tierra testimonia el sentimiento religioso del fiel; finalmente, también el lugar o cualquier otra realidad natural que asume las características de originalidad, grandiosidad, belleza o impenetrabilidad es signo manifestativo de la presencia divina.

LOS LÍMITES DE LA EXPERIENCIA EUCARÍSTICA: «YA» Y «TODAVÍA-NO»

La gozosa experiencia de plenitud no nos debe hacer olvidar los muchos límites de nuestra Eucaristía. La celebración del misterio pascual nos remite inexorablemente a su cumplimiento, al día de «su venida» definitiva. Se vive, pues, en toda celebración el «ya y todavía-no» de la escatología que acrecienta la esperanza y el deseo de la venida de Cristo. No se olvide que es en lo interno de la celebración donde brota del corazón de la Iglesia Esposa, bajo el impulso del Espíritu, el «Marana-thà», como grito impaciente después de cada encuentro con Cristo que ha dejado casi una herida en el corazón de la Iglesia. Pero allí está también el «todavía-no» de la historia, es decir, la experiencia no total de ser Iglesia eucarística por parte de los fieles por diversas razones.