miércoles, 29 de mayo de 2013

LA LITURGIA Y LOS SACRAMENTOS EN GENERAL

El Concilio Vaticano II, en continuidad con lo que siempre ha enseñado la Iglesia, nos dice que la liturgia es el centro, fuente y culmen de la vida de la Iglesia, y en modo especialísimo la Eucaristía. La liturgia es la fuente donde el pueblo cristiano se alimenta para testimoniar el Evangelio y la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia. Es en la liturgia donde los hijos de Dios, por la fe y el bautismo, ejercitan su sacerdocio, alabando a Dios, participando del sacrificio y alimentándose de la cena del Señor.
La liturgia es la acción pública de la Iglesia de la cual mana hacia nosotros la gracia y se obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios, a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin.
El camino que propongo para realizar la síntesis del tema, es partir de la definición que Cipriano Vagaggini nos da de la liturgia, y de este modo tratar de lograr una exposición lógica, ordenada y completa de las diversas partes que componen la materia del curso. Partimos de la liturgia como ámbito privilegiado de la celebración sacramental.
Vagaggini, invitado como experto al Concilio y uno de los principales redactores de la Sacrosanctum Concilium, define la liturgia como: «el conjunto de signos sensibles de cosas sagradas, espirituales, invisibles, instituidos por Cristo o por la Iglesia, eficaces, cada uno a su modo, de aquello que significan y por los cuales Dios, por medio de Cristo, cabeza de la Iglesia y sacerdote, en la presencia del Espíritu Santo, santifica a la Iglesia, y la Iglesia, en presencia del Espíritu Santo, uniéndose a Cristo, su cabeza y sacerdote, por su medio rinde como cuerpo culto a Dios».